We are apologize for the inconvenience but you need to download
more modern browser in order to be able to browse our page

Download Safari
Download Safari
Download Chrome
Download Chrome
Download Firefox
Download Firefox
Download IE 10+
Download IE 10+

Actualizado

Dusicyon australis

Al verlo semejante al aguará guazú, los gauchos argentinos lo llamaron guará, y con muy buen tino por cierto, como veremos en las próximas líneas. Posteriormente esta denominación fue transcrita por los ingleses como warrah, término para el que algunos autores proponen dos posibles argumentos: bien podría ser una grafía del nombre aguará con el que se denominaba a los zorros en general en buena parte de Sudamérica o bien podría derivar de una expresión onomatopéyica de su aullido. En cuanto a su origen, guará o aguará significa «cánido silvestre» en la lengua indígena guaraní. Guará, cánido antártico, zorro-lobo o lobo-zorro de las Malvinas, zorro malvinero… Todos estos nombres comunes se refieren al mismo animal extinto que hoy nos ocupa, el Dusicyon australis, antaño, solitario habitante de pastizales, turbales y costas oceánicas en el archipiélago malvinense, situado en el Atlántico Sur…

Equus ferus ferus

Era un caballo salvaje euroasiático dividido en dos tipos: el tarpán de las estepas y el tarpán forestal. Los datos oficiales sitúan a los últimos tarpanes de los bosques de Polonia entre 1810 y 1820, pero cabe la posibilidad de que el último ejemplar en estado salvaje fuese una yegua que murió en Ucrania en 1879 al caer por una grieta del terreno tratando de huir de sus perseguidores. Varios años antes, en 1875, había muerto el último ejemplar mantenido en cautiverio en el zoológico de Moscú. Las causas de su extinción están claras, aparte de ser objeto de la caza abusiva y de unas medidas de protección inexistentes, su desaparición está directamente relacionada con la práctica de la hibridación: la intervención humana hizo que los tarpanes fueran mezclándose con las crecientes poblaciones de caballos domésticos ocasionando la pérdida de la raza pura; un hecho que…

Actualizado

Conuropsis carolinensis

La extinta cotorra de Carolina es el único miembro de su género (Conuropsis) y la única especie de la familia de los loros y cacatúas originaria de los Estados Unidos. Era un pequeño loro neotropical que, en tiempos, frecuentaba grandes áreas del sudeste estadounidense, el oeste de las Grandes Llanuras y el norte de la región del Atlántico Medio. Podía encontrarse desde el sur de Florida hasta Carolina del Norte y en las zonas costeras hasta Nueva York. También se localizaban en los estados del Golfo, al este de Texas y al norte a lo largo de los ríos Arkansas, Missouri, Mississippi y Ohio, y sus afluentes. Se suman otros registros en Dakota del Sur, Iowa, Wisconsin, Michigan y al oeste de Virginia. Las presencias más occidentales se observaron al este de Colorado. Pero durante el siglo XIX y principios del XX, el área de la cotorra de Carolina se contrajo rápidamente limitando su distribución a los pantanos del centro de Florida…

Porzana palmeri

Era un pequeño habitante de la isla hawaiana de Laysan, una pequeña isla que fue y sigue siendo refugio de una importante colonia de aves marinas. Este miembro no volador de la familia Rail debe su extinción a la competencia por la vegetación surgida con los conejos domésticos que se introdujeron en Laysan. Otras dos especies endémicas, Millerbird de Laysan y Apapane de Laysan, también sucumbieron ante la falta de alimento y de zonas de anidación. La extinción de esta especie es especialmente lamentable porque podía haberse evitado con facilidad. Era un ave ágil e inquieta y, en algunas ocasiones, agresiva con otras especies por su sentido de territorialidad, más aún durante la época de reproducción. Descripción de un Rascón por Hadden, 1941: «Como una canica negra rodando por el suelo. Sus patas eran tan pequeñas y se movían tan rápido que apenas podían verse». Se refugiaban…

Onychogalea lunata

Esta especie endémica del oeste y centro de Australia habitaba los bosques abiertos y las colinas pedregosas cubiertas de matorrales. Con los asentamientos de los ocupantes ingleses llegó la sobrecaza que, junto a la lenta maduración de las crías, le llevó a una drástica disminución poblacional. La especie desaparecía a un ritmo más rápido del que se podía recuperar. La pérdida de hábitat incluye: incendios forestales provocados por el hombre, la expansión del pastoreo y la introducción de conejos y animales depredadores no autóctonos, una de las razones que más impacto ha ocasionado en el medio australiano. Este marsupial no estaba preparado para los cambios repentinos de su equilibrio natural. El último avistamiento registrado de este animal data de principios de los años 50. Ninguna medida específica de conservación fue llevada a cabo mientras aún existía…

Capra pyrenaica pyrenaica

«El bucardo es y no es, está y no está». Así da comienzo una poética semblanza de este animal en un artículo de opinión publicado en 2014 en el Diario de Jerez. La pieza habla, quizás no con toda la sensibilidad con la que debería abordarse un tema como la conservación de la fauna pero sí con cierta pericia, de la rocambolesca y trágica historia de esta criatura que sufrió en sus carnes –y en sus genes– el absurdo y la naturaleza ilógica que en muchas ocasiones define a la especie humana cuando se trata de su relación con el medio. A su declive contribuyeron la falta de previsión y la dejadez manifiesta a la hora de abordar planes de conservación, que se acometieron demasiado tarde y marcados por la ausencia de criterio. Originariamente, el bucardo tuvo amplia presencia en el Pirineo, concretamente en Navarra, País Vasco, Lérida y Gerona. Se distribuía principalmente en superficies de bosque…