Dibujos de Amaya Oyón
A los 17 ya tenía claro a qué me quería dedicar. Luego tuve un lapsus circunstancial y me incliné por la carrera de Psicología, pero pronto comprendí que quería estar en las aulas de la UPV y especializarme en diseño gráfico. Una decisión más que acertada y una carrera que volvería a repetir.
Adoro pasar los apuntes a limpio; la minuciosidad; las tormentas de ideas; tocar el bajo; las enumeraciones y las pipas no peladas; aunque como buena despistada creativa, soy capaz de masticar la cáscara y de tirar la pipa. En contraposición, detesto la insensibilidad; la zafiedad; los intrusos en mi profesión y aquellas gentes que solo hacen cosas por los aplausos y la foto de postureo. Desprecio fervorosamente cualquier tipo de maltrato animal; me duelen los incendios forestales intencionados (más, si son para seguir edificando) y me irrita tanta y tanta explotación desmesurada de los recursos naturales.
Coexistir con animales me hace sentir viva, de ahí que Artimalia sea mi proyecto mimado. Fue en 2010 cuando tracé el primer bosquejo en un trozo de papel arrugado, sin imaginar en aquel momento cuál sería su evolución. Me siento muy honrada de compartir con todos los colaboradores estas horas de dedicación sincera que han hecho que esa primera idea poco nítida, casi desdibujada, se transforme en un proyecto compacto y emocionante. Y lo que vendrá.
En otra vida sería… cualquier pequeño pájaro granívoro de comportamiento inquieto y escurridizo.