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1981 Rana incubadora gástrica (del sur)

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Imagen: Artimalia | Dibujo: Rafa Garabal | ©All rights reserved

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Nombre científico: Rheobatrachus silus.
Reino: Animalia. Filo: Chordata. Clase: Amphibia. Orden: Anura. Familia: Myobatrachidae.

Dos hermanas extraordinarias

Endémicas de Queensland, las ranas gástricas o ranas Platypus eran muy distintas en apariencia y comportamiento al resto de ranas australianas. Solo dos especies pueden responder a este nombre, una es la rana incubadora gástrica del norte (Rheobatrachus vitellinus) y, la otra, la rana incubadora gástrica del sur (Rheobatrachus silus). Ellas son las únicas que ocupan el género Rheobatrachus debido a que compartían una particularidad insólita: eran capaces de incubar su descendencia en el estómago para luego dar a luz por la boca. Si bien diferían en patrón de color y tamaño –la del norte era de mayores dimensiones que la del sur–, ambas coincidían en otros rasgos característicos de su morfología: grandes ojos prominentes, hocico corto y romo, cuerpos recubiertos de piel viscosa y dedos completamente palmeados en las patas traseras. Estas dos especies hermanas también preferían entornos principalmente acuáticos.

Ambas especies se consideran extintas al no haber mostrado signos de supervivencia desde la década de los 80. En el caso de la norteña, el último avistamiento está fechado en 1985, mientras que su hermana del sur no ha registrado nuevos avistamientos en la naturaleza desde 1981 –para otros autores, en 1979–, a pesar de las intensas búsquedas realizadas en los últimos 25 años. Supuestamente, la última rana gástrica del sur mantenida en cautiverio murió en 1983. Las dos especies fueron declaradas extintas de forma oficial en 2002, por la UICN.

Nota taxonómica

La rana incubadora gástrica del sur (R. silus) se descubrió en 1972 –para otras fuentes, en 1914– y fue descrita en 1973, desde entonces no ha sufrido ningún cambio científico de clasificación, sin embargo, la ubicación de su género (Rheobatrachus) dentro de una familia taxonómica, ha desatado debates acalorados entre los biólogos.

Sobre la rana gástrica del sur y su entorno

La rana gástrica del sur era una especie de tamaño mediano y color gris opaco, con grandes ojos sobresalientes colocados muy juntos en la parte frontal de la cabeza, un hocico corto y romo, y con el tímpano oculto. Su piel, finamente granulada, era viscosa y húmeda. Los dedos de las patas delanteras eran largos, delgados, puntiagudos y sin palmear (sin membrana interdigital), a diferencia de las traseras que estaban completamente palmeadas. Todas sus patas eran grandes en comparación con el cuerpo. Al igual que la rana gástrica del norte (R. vitellinus), las hembras eran de mayor tamaño que los machos, el macho medía entre 33 y 41 mm de longitud y la hembra unos 44 mm. Se observó que estas ranas se alimentaban de insectos tanto de la tierra como del agua.

La rana gástrica del sur (R. silus) era nativa del sureste de Queensland, en un hábitat inferior a 1.400 km² en elevaciones entre 350 y 800 m sobre el nivel del mar. Estaba formado por selvas tropicales, bosques esclerófilos húmedos y bosques en galería. Estos bosques estaban estrechamente asociados con charcas, corrientes de agua y arroyos de montaña rocosa, un entorno nada arbitrario para una rana que, aunque considerada tanto terrestre como acuática, prefería habitar lugares con presencia permanente de agua.

Un requisito previo de la especie era que las charcas tuvieran la profundidad suficiente como para poder sentarse asomando la cabeza por encima de la superficie, y que les permitiera, a su vez, sumergirse con seguridad dentro del agua. Los machos adultos escogían charcas más profundas, mientras que las hembras y los juveniles podían trasladarse a charcas recién creadas tras la lluvia, siempre y cuando contasen con piedras y hojarasca. Solo en días de lluvia ligera era cuando la rana se sentaba en las rocas completamente expuesta. Nunca se le registró en un hábitat ribereño despejado ni a más de 4 metros de la fuente de agua. Se cree que durante el invierno hibernaban en grietas profundas localizadas en rocas terrestres o submarinas.

Un método de reproducción asombroso y perfecto
Actividad reproductiva

La actividad ocurría entre octubre y diciembre. Los machos reclamaban desde las rocas situadas por encima de la charca con una vocalización ascendente que duraba 0,5 segundos y que repetía cada 6-7 segundos. La llamada de la rana gástrica del norte era más corta, con un tono más profundo y con menos repeticiones. Tras la fertilización externa del macho, la rana depositaba los huevos, no se sabe si en la tierra o en el agua ya que nunca se observó antes de su extinción.

Ranas que se reproducen en el estómago

Lo que hace que ellas sean únicas entre todas las especies de ranas es la forma de traer su descendencia al mundo. Tras la fecundación, daba comienzo un extraordinario mecanismo que nos recuerda lo práctica y fascinante que es la Naturaleza. Los huevos fecundados o las larvas tempranas eran tragados previamente por la hembra para luego seguir creciendo protegidos en el interior del estómago de su madre hasta completar su desarrollo.

Hasta el momento en que la hembra ingirió los huevos fertilizados, el estómago de la hembra no era diferente del que se encuentra en cualquier otra especie de rana. El desarrollo de renacuajos llevaba de 6 a 7 semanas, durante este tiempo el tamaño del estómago de la madre continuaba aumentando hasta ocupar en gran medida la cavidad de su cuerpo. Para ganar espacio, los pulmones se desinflaban y la respiración era más un intercambio de gases a través de la piel. A pesar del aumento de tamaño, la madre seguía activa.

¿Cómo podían mantenerse las crías en su interior sin ser digeridas?

La rana madre, a fin de reservar su estómago únicamente a las crías, dejaba de alimentarse durante este proceso de 6-7 semanas. Existía además el problema añadido de la liberación regular de ácidos gástricos que podrían acabar rápidamente con la prole, por eso, durante el embarazo, el estómago de la hembra cesaba la producción de ácido clorhídrico y la digestión quedaba suspendida.

Lo más curioso es que estos fluidos eran neutralizados por las propias crías, mediante unas hormonas que primero eran producidas por los huevos y después por los renacuajos. Esta fuente de hormonas alteraba la estructura y fisiología de la madre y se encargaba de mantener el estómago en un estado no funcional. Por lo demás, a pesar de ser un proceso atípico, los renacuajos se desarrollaban de manera similar a los renacuajos acuáticos de otras especies.

Y entonces, ¿cómo se alimentaban los renacuajos?

La pregunta es lógica, recordemos que la madre no come durante este proceso y su estómago está vacío. La respuesta está en las características de los huevos, que son más largos que los de otras especies –tenían un promedio de 5,1 mm de diámetro– y contenían grandes suministros de yema, con suficientes nutrientes ricos en proteínas para alimentar a los renacuajos a medida que crecían.

El momento del nacimiento

Comienza la salida al exterior. Para la expulsión de la descendencia del estómago, el esófago de la madre se dilata –como lo hace la vagina en los mamíferos durante el parto–, y comienzan a emerger, a través de la boca de la madre, unas 25 ranas diminutas completamente formadas. Una vez las crías están fuera, el tracto digestivo de la madre retorna a la normalidad y, pasados cuatro días, comienza a alimentarse de nuevo. Por la duración de los periodos de cría, era poco probable que las hembras se reprodujeran dos veces en una misma temporada.

La fase del nacimiento fue muy espaciada y pudo haber ocurrido durante un periodo de hasta una semana. Sin embargo, si algo la perturbaba, la hembra podía regurgitar a todas las ranas jóvenes en un solo acto para, una vez expulsadas, culminar con éxito su desarrollo en aguas poco profundas.

Una historia de extinción llena de interrogantes

Tras un fuerte declive en 1979, la rana incubadora gástrica del sur disminuyó rápidamente hasta su desaparición total. Lo mismo sucedió con su hermana del norte, de la que no se tienen noticias desde 1985. A estas extinciones se suma la de otra especie nativa conocida como rana gloriosa de torrente (Taudactylus diurnus), también desaparecida del sureste de Queensland y de la que no hay registros en estado salvaje desde 1979.

A día de hoy siguen sin conocerse las causas exactas de extinción, pero las flechas apuntan a la pérdida y degradación del hábitat, los patógenos y la contaminación. Algunas fuentes también mencionan la recolección excesiva. Parece que no hay indicios aparentes de que las actividades humanas representasen una amenaza directa: como la especie persistió en las cuencas registradas, no se se investigaron las consecuencias de la tala forestal llevada a cabo entre 1972 y 1979.

Se sospecha que fue el hongo quitrídico el que provocó el colapso de la rana incubadora del sur. Esta enfermedad infecciosa, causada por el patógeno fúngico Batrachochytrium dendrobatidis, es el responsable del declive y extinción de más de una decena de especies de ranas que habitaban las altas elevaciones de las selvas tropicales de Queensland. El hábitat potencial de la rana gástrica del sur ahora está amenazado por los jabalíes, la invasión de malezas y los flujos alterados de corrientes junto a problemas de calidad del agua causados ​​por las perturbaciones en el río.

Desde el último registro oficial en la naturaleza de 1981, la rana fue saltando de una clasificación a otra. En 1986 fue declarada en estado vulnerable (VU), de 1988 a 1994 se le consideraba en peligro de Extinción (EN), pasando a Peligro Crítico (CR) en 1996. Finalmente, tras las búsquedas frustradas, la UICN declaraba la especie oficialmente extinta en 2002, el mismo año que su hermana del norte.

Intento de clonación

En 2013, los científicos de la Universidad de Nueva Gales del Sur anunciaban que la rana sería objeto de un intento de clonación. El equipo había recuperado núcleos celulares de tejidos de la década de 1970 y los había mantenido congelados durante 40 años. Su objetivo era clonar la rana implantando estos núcleos celulares en huevos frescos de otra especie de rana. A partir de marzo de 2013, ninguno de los embriones sobrevivió más de unos pocos días.

A diferencia de otras, ¿por qué tanto interés por esta especie?

Sencillamente, la comunidad médica estaba interesada en estudiar cómo la rana podía dejar de producir ácido en su estómago para criar a su descendencia. Estos estudios podrían haber llevado a nuevos tratamientos para las úlceras estomacales o a tratamientos de curación más rápidos para las personas que se sometieron a una cirugía estomacal.

Menos clonación y más conservación

El intento de “resurrección” de la rana gástrica estuvo dirigido por el Proyecto Lazarus, con el Prof. Mike Archer al frente, famoso por su también plan de clonación del tigre de Tasmania iniciado en 1999 en el Museo de Sídney, un proyecto tan generosamente difundido que para algunos genetistas solo fue una acción publicitaria de cara al propio museo.

La clonación y resurrección de especies es un tema peliagudo salpicado de no pocas controversias éticas y legales. Algunos la llaman ingeniosamente “des-extinción” y para el equipo del Proyecto Lazarus la resurrección no solo es una solución sino también una «póliza de seguro» contra la extinción… Mientras, otras muchas opiniones, señalan esta práctica como una medida disuasoria para no afrontar el verdadero esfuerzo que requiere evitar las extinciones masivas. Es significativo ver cómo se dedica tanta energía a revivir especies en vez de a protegerlas en vida.

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