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Paují de Alagoas
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Nombre científico: Mitu mitu.
Reino: Animalia. Filo: Chordata. Clase: Aves. Orden: Galliformes. Familia: Cracidae.
De color negro azulado brillante y de aspecto similar a un faisán, este ave galliforme es endémica de los bosques del noroeste de Brasil, en lo que hoy son los estados de Pernambuco y Alagoas. De Pernambuco fue residente en épocas anteriores, ya en las últimas décadas solo podía encontrarse en Alagoas, lugar que justifica su nombre común: Paují de Alagoas. También es conocido como Paují menor o Pavón pico de hacha, por su prominente atributo. Allí parece haber estado confinado a los bosques primarios de tierras bajas.
La devastación casi sin control de los bosques de tierras bajas dejaron a varias especies demasiado cerca de la extinción. Entre las afectadas estaba el paují de Alagoas, una especie que, además, se muestra particularmente vulnerable a la pérdida de hábitat porque requiere amplias zonas de bosque para vivir. Esto, combinado con la presión de la caza, pronto le llevaron al límite de su existencia. Hoy se asume que fueron extirpados de la naturaleza y engrosan la lista de las especies Extintas en estado silvestre.
Se tardó mucho tiempo hasta que el Mitu mitu fuera reconocido como una especie aparte. Esta larga duda sobre la validez del taxón fue una de las razones por las que el paují de Alagoas no contó con interés oficial. Finalmente, fue un colector privado quien se encargó de su cría en cautividad a partir de 1977. Los más de 100 ejemplares que sobreviven en la actualidad permanecen cautivos en dos aviarios en Brasil a la espera de que se haga efectivo un posible programa de su reintroducción en su medio natural.
Fue mencionado por primera vez en la obra Historia Naturalis Brasiliae publicado en 1648, sin embargo, la verdadera existencia y legitimidad del paují de Alagoas fue cuestionada durante mucho tiempo debido a la falta de especímenes y a la escasez de datos. Hasta que, en 1951, hizo su reaparición en el nordeste de Brasil. Se trataba de una hembra adulta que fue localizada en los bosques de tierras bajas de Alagoas, en el entorno de São Miguel dos Campos. Ya por aquel entonces, en el momento de su redescubrimiento, era un ave tan rara que no fue difícil vaticinar su extinción.
Para cuando el Mitu mitu recibió su distinción a nivel de especie, se estimaba una población inferior a 60 individuos en la naturaleza. Lo más probable es que fuera poco común y no estuviera muy extendido dentro de su presunta distribución histórica. Ya en la década de 1970 varios autores pusieron de manifiesto la creciente destrucción del hábitat y la rareza de la especie. Pese a estas alertas, los últimos grandes remanentes forestales que eran hogar del paují de Alagoas fueron demolidos para destinarlos a la producción de caña de azúcar.
El último registro confiable de esta especie en la naturaleza proviene de un ejemplar abatido por cazadores en 1984, aunque también hay informes de caza no confirmados de 1987 y 1988. Finalmente, las evaluaciones concluyen que la especie se encuentra Extinta en estado salvaje (EW). Según la UICN, fue declarada especie Amenazada (EN) en 1988, y a partir de 1994 saltó a su clasificación actual.
Se conocen cuatro especies de Mitu:
· Mitu mitu – Paují de Alagoas o Paují pico de hacha, la especie que nos ocupa.
· Mitu salvini – conocido como Paují culiblanco, o también, Pavón nagüiblanco y Paují de Salvin.
· Mitu tomentosa – Paují culicastaño o Paují culicolorado.
· Mitu tuberosa – Paují tuberoso o Pavón pico de ají.
Estas tres últimas especies se encuentran actualmente en la clasificación Preocupación menor (LC).
Al paují de Alagoas (Mitu mitu) se le considera proveniente del primer linaje en desprenderse dentro del género Mitu, es decir, el más basal. Finalmente fue aceptado como una especie separada por distintivos en su coloración del plumaje. En el pasado, a las especies actuales a menudo se las consideraba conespecíficas con el paují tuberoso (Mitu tuberosa) y algunos de los ejemplares cautivos mostraron evidencias genéticas de ser híbridos con este paují, sin embargo, nuevos estudios sugieren que las especies actuales están más estrechamente relacionadas con el paují culicastaño (Mitu tomentosa), y también se ha confirmado su presencia molecular.
El paují de Alagoas es un pájaro relativamente grande, pudiendo alcanzar hasta los 89 cm de longitud y 3 kg de peso. Las plumas que cubren su cuerpo son de color negro brillante, con matiz azul violáceo, excepto el tono castaño del abdomen, los costados y en su cola de punta angosta. Tiene parches oculares desnudos y el iris de color marrón rojizo. Su pico, de color rojo brillante con la punta blanquecina, es grande y muy arqueado, comprimido a los lados y elevado hacia la base. Sus patas y dedos son rojos anaranjados.
Su coloración diferente hace que el Mitu mitu se separe y distinga de otras especies de paujíes. Es el único miembro del género que presenta piel desnuda en las coberteras del oído, una característica que, por tanto, no se encuentra en los otros Mitu. Se trata de una pequeña mancha de color blanco grisáceo con forma de media luna.
Guarda gran parecido con el paují tuberoso (Mitu tuberosa), solo que el pico del tuberoso no presenta tanto volumen y tiene dos tonos de color. Al igual que el paují culicastaño (Mitu tomentosa), presenta eumelanina –pigmentación marrón– en las puntas de las plumas de su cola, mientras que las del resto de sus congéneres acaban su cola con puntas blancas.
El dimorfismo sexual no es pronunciado. Generalmente, las hembras pesan menos que los machos y tienden a ser más claras en color y ligeramente más pequeñas en tamaño. Las vocalizaciones parecen so haber sido descritas, pero se supone que los machos comparten llamamientos con sus congéneres.
Se conoce muy poco sobre la ecología del paují de Alagoas en estado salvaje y de su comportamiento e interactuación con otras especies. Se sabe que la dieta de este ave no migratoria consiste en frutos y semillas. Se ha observado que las aves silvestres se alimentaban de los frutos del árbol de castelo y de pitanga (Eugenia uniflora). También se supone que disfrutaba de los frutos del árbol tulpay o mururé (Clarisia racemosa) y de mangabas, que es el fruto de la mangabeira (Hancornia speciosa).
El conocimiento de los hábitos reproductivos de esta especie es todavía más escaso. En 1978 se localizaba un nido ocupado, estaba situado entre el follaje denso, dentro de un árbol. Como no hay estudios disponibles antes de su extinción en la naturaleza, solo se conocen algunos hábitos de cría en cautividad: la hembra reproductora más joven tenía una edad de dos años y el número de huevos anuales era de 2 a 3. Estas aves pueden superar los 24 años en cautividad.
Como decíamos, la extinción del paují de Alagoas era previsible casi en su descubrimiento. Si la especie ya era muy rara en la década de los años 60, a partir de entonces, la deforestación y la presión de la caza aceleraron su declive hasta su desaparición total en la naturaleza.
La devastación incesante de los bosques de tierras bajas por la extensión de las plantaciones de caña de azúcar en el nordeste brasileño supuso la destrucción de su hábitat. La demanda de caña de azúcar aumentó drásticamente a finales de la década de 1970 debido a un programa impulsado por el Gobierno para incrementar la producción de alcohol carburante, precipitando la destrucción del hábitat que quedaba. Los campos de caña de azúcar vinieron acompañadas del uso de pesticidas que tuvieron un efecto perjudicial en los fragmentos forestales. A finales de 1980, en cuestión de seis meses, se despejó prácticamente la totalidad del último reducto de bosques de tierras bajas razonablemente extenso de la región. Mientras, la caza continuaba y también fue responsable de exacerbar la pérdida de la especie en la naturaleza.
Consciente del futuro fatal de este paují, un recolector privado estableció una población cautiva en 1977 y desde entonces ha permanecido en cautiverio. Esta población fue constituida en Río de Janeiro y actualmente está mantenida en dos aviarios. Entre los años 1999-2000 contaba con 44 ejemplares, y con 130 aves en 2008.
La población cautiva se estableció a partir de tan solo tres individuos lo que provocó una disminución drástica de la diversidad genética. Posteriormente, el paují de Alagoas fue criado con el paují tuberoso (Mitu tuberosa) y en torno al 35% de las aves presentaban hibridaciones. A partir de 1990, se consiguió una mayor variabilidad genética al introducirse programas para reducir la hibridación y mantener al paují de Alagoas ‘original’. Varias docenas de Mitu mitu de raza pura han podido persistir durante las décadas de cría en cautividad.
En otoño de 2017, dos ejemplares de la población cautiva fueron trasladados a un aviario, en Mata do Cedro, para posibles intentos de reintroducción en la naturaleza, pero para eso debe identificarse previamente un hábitat apropiado. Aparte de la preocupación por falta de diversidad genética, recordemos también que, aunque la población pudiera criarse en un número saludable, la especie requiere amplios espacios geográficos naturales, y la expansión humana y la demolición de los bosques han causado la destrucción de casi todo el hábitat natural de Alagoas. No obstante, parece haberse localizado un remanente de bosque adecuado para los futuros esfuerzos de reintroducción y, de momento, se ha propuesto un área de 30 km2 de selva tropical en el nordeste de Brasil.
Por otro lado, el impacto de su vuelta a la naturaleza respecto a su interacción con otras especies es difícil de predecir. Solo a modo de ejemplo, el paují de Alagoas y el mono araña peruano (Ateles chamek) podrían entrar en competencia dado que ambos se alimentan de los frutos de Clarisia racemosa.
Entre las acciones propuestas están: desarrollar aún más el programa actual de cría en cautividad. Mantener su integridad genética. Asegurar la calidad del hábitat donde, se prevé, será reintroducida la especie. Establecer un programa de educación ambiental para crear conciencia sobre la especie. Aunque desde 2003 el paují de Alagoas está protegido por la legislación brasileña y figura en el Apéndice I de la CITES, también habría que tomar precauciones tajantes para evitar la caza furtiva de la especie tras su reintroducción.
Desde aquí, desear al Mitu mitu una larga vida que, esperamos, pronto sea en libertad.