Imagen: Artimalia | Dibujo: Raúl Rodríguez mosiq | ©All rights reserved
1970 Tigre persa
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Nombre científico: Panthera tigris virgata.
Reino: Animalia. Filo: Chordata. Clase: Mammalia. Orden: Carnivora. Familia: Felidae.
También conocido como tigre del Caspio, su distribución original comprendía la península de Anatolia, el Cáucaso, el Kurdistán, el norte de Iraq e Irán, Afganistán y gran parte de Asia Central hasta Mongolia. En tiempos de los romanos ya era capturado para espectáculos en circos, generalmente para enfrentarlos en la arena contra el león del Atlas. El aumento de la población y la presión humana hicieron que su área de distribución cada vez fuera más limitada. Entre las medidas previstas por los zares de Rusia para ocupar las tierras fronterizas de Asia Central y el Cáucaso, se incluía un plan de exterminio de estos tigres llevado a cabo por el ejército. Posteriormente, la deforestación ocasionada por los colonos y la comercialización de su piel supusieron el punto y final para la especie. La prohibición de cazar tigres en la URSS proclamada en 1947 llegó demasiado tarde, pero al menos sirvió para salvar al constantemente perseguido tigre siberiano. Las fechas de desaparición son dudosas y varían según los puntos geográficos. El último registro corresponde al Este de Turquía, en 1970 cuando se mató, probablemente, al último ejemplar.
Esta subespecie era, después del tigre siberiano y del tigre de bengala, la tercera más grande del mundo. Estaba dotado de un cuerpo robusto y de patas bien desarrolladas con garras excepcionalmente prolongadas que le permitían recorrer largas distancias. A diferencia de otras subespecies, el tigre persa emigraba cada año con el fin de seguir a las manadas que constituían su alimento; por este hecho se le conocía como «leopardo viajero». Eran animales solitarios, exceptuando la época de reproducción, era raro que se relacionasen con otros miembros de su especie.
Las tigresas parían dos o tres cachorros tras una gestación en torno a los cien días. Las crías no abrían los ojos hasta diez días después del nacimiento y hacia las once semanas comenzaban a practicar las técnicas de caza junto a su madre, aunque todavía dependerían de ella durante algún tiempo más. Tenían una camada cada tres o cuatro años por término medio, siendo la esperanza de vida de cada individuo de diez a quince años.
En invierno su pelo crecía para poder soportar el frío clima de las montañas, especialmente en el vientre y la pequeña melena en la zona de mejillas y de la garganta. Su pelaje era amarillo-dorado y las rayas en tonalidades marrones. Evitaba las zonas secas y despejadas siendo preferentes las áreas cubiertas de bosques y vegetación que se concentraban en torno a los cursos fluviales y que les servía para camuflarse y acechar a sus presas.