Completamente adaptada a la vida del ártico y subártico, la beluga (Delphinapterus leucas) es una especie especial por sus características anatómicas y fisiológicas que la diferencian de otros cetáceos. Es la única representante del género Delphinapterus y conforma la familia Monodontidae junto al narval. Aunque se le conoce de forma común como «ballena blanca», la beluga no es una ballena propiamente dicha; siendo estrictos, ese término se reserva únicamente para los cetáceos no dentados de la familia Balaenidae.
A la beluga se le identifica por el color blanco que cubre la totalidad de su cabeza y cuerpo, por la ausencia de aleta dorsal y por su prominencia frontal distintiva que alberga un órgano denominado melón, y que en esta especie es deformable y muy abultado. Son gregarias, forman pequeños grupos y se comunican entre si mediante sonidos de alta frecuencia. Cuentan con un amplio repertorio de vocalizaciones diferentes a pesar de, como otras ballenas dentadas, no tener cuerdas vocales.