Esos trocitos de papel dentado también llamados estampillas, estampas o timbres. El mundo de los sellos es realmente basto, por eso vamos a centrarnos en lo nuestro, mostrando una selección de sellos dedicados a la fauna que ya se fue.
Como somos muy de encontrar la paradoja, recopilando esta ‘colección virtual’ nos ha llamado la atención que varias de estas estampas se emitiesen coincidiendo con el momento en el que la especie representada se encontraba en pleno estado agonizante. Lo peor es que las autoridades del país del que eran nativas tomaron medidas tardías, ineficientes o, directamente, ninguna medida de protección o conservación. Resulta chocante que esos sellos ‘luzcan’ el nombre del país que los abandonó. Es el caso del delfín Baiji y el pez espátula del Yangtsé, ambos de China. Otro ejemplo bastante descarado es el del murciélago de la Isla de Navidad cuya extinción se vio venir de frente pero el Gobierno australiano decidió tomarse con parsimonia las advertencias de los expertos hasta que, bueno, pasó lo que pasó.
En cualquier caso, observemos los sellos desde una perspectiva gráfico-artística porque es innegable que estas obras en miniatura tienen su encanto. Algunas de estas ilustraciones son realmente bellas y, de algún modo, son un recordatorio materializado de aquello que no debiera volver a ocurrir. Además nos dan pie a ofreceros un rato de lectura con sustancia. Hay, de hecho, varias historias que no os habíamos contado antes. Sin más dilación, damos paso al tiburón de cola roja, al pez espátula chino, al dodo y a los otros doce animales que habitan nuestro post de hoy.