«Se merecía seguir vivo», dice totalmente convencido Ignacio de 8 años al conocer la historia del pez de Tecopa. Observaciones tan emotivas como ésta son las que, de alguna manera, confirman que aquella idea de aprovechar las artes plásticas para conectar a los niños con las historias de algunas criaturas del pasado, ha sido una experiencia divertida y enriquecedora para todos.
Procurando siempre un ambiente lúdico, lo importante de este proceso ha sido fomentar la libre expresión, la creatividad y el interés por la fauna perdida, y no tanto la creación de obras maestras; aunque huelga decir que todos los dibujos son fantásticos. No ha faltado esa visión desenvuelta, ocurrente y original de la gente menuda y, bueno, no tan menuda, porque también hemos contado con la participación de chavales adolescentes que nos han hecho llegar sus comentarios y aportaciones.
En esta actividad han intervenido alumnos de Diana Sobrado de la academia de dibujo y pintura DiArte, en Gijón, y sobrinos e hijos de amigos cercanos a Artimalia. Todos los participantes pudieron elegir sus especies favoritas y la técnica que iban a utilizar para retratarlas. Adaptando el lenguaje según la edad, y antes de ir a preparar el arsenal de materiales, les contamos los orígenes y particularidades de cada animal y por qué ya no están presentes en el planeta. Hubo más de un gesto de admiración cuando les invitamos a buscar documentación visual para que pudieran descubrir los colores naturales de las distintas especies, el cromatismo de los pelajes y plumajes enganchó su atención, al igual que algunos de sus nombres científicos.
Gracias también a los padres y tutores que se mostraron desde el principio interesados y receptivos con el proyecto, hemos podido completar un precioso álbum de dibujos y pinturas que disfrutaréis a lo largo de este post. A modo de anécdota, nos cuenta Diana que, al poco de participar en esta actividad, dos hermanas alumnas suyas viajaron con sus padres a Francia y regresaron con un libro bajo el brazo titulado 50 dessins d’animaux à protéger. Siempre se habla de dejarle a los niños un buen planeta, pero también convendría dejarle al planeta unas nuevas generaciones tolerantes y respetuosas con la Naturaleza y con todo lo que está contenida en ella.