Especies Lázaro, animales que se creían extintos
Especies redescubiertas [vol. 1]
Existen casos de animales que, desafiando cualquier pronóstico, volvieron a aparecer en la naturaleza tras largos periodos creyéndose extintos. Fueron capaces de llevar en secreto su supervivencia y permanecieron ocultos al alcance humano… hasta que hicieron su reaparición, algunos en su hábitat original y, otros, en nuevos territorios a los que por fuerza mayor tuvieron que adaptarse. En Biología y Ecología de la Conservación a estas especies redescubiertas se les denomina Especies Lázaro, y toman su significado de Lázaro de Betania, personaje bíblico conocido por regresar de entre los muertos.
Aunque cada caso presenta sus particularidades, ahora toca preguntarse cuánto resistirán los protagonistas de estos milagros naturales. La gran mayoría de las especies redescubiertas se encuentran hoy en una situación débil al no disponer de poblaciones estables ni de ambientes propicios que garanticen su continuidad. El obstáculo más grave para su recuperación es la recesión, degradación, fragmentación o destrucción total de sus hábitats, unas condiciones infranqueables que complican la propagación de las poblaciones que quedan.
Es evidente que estas especies requieren medidas de protección que estén a la altura; el biólogo Brett Scheffers lo expresa de forma rotunda: «Si las especies redescubiertas no se protegen inmediatamente de forma exhaustiva, se puede suponer que están condenadas y su extinción será solo cuestión de tiempo».
Esperamos que el resurgimiento de estos animales sea sinónimo de una nueva esperanza y ojalá sean capaces de mantener su potencial para poder seguir evolucionando en la naturaleza.
Foto: Nick Athanas. Fecha: 23 agosto 2017. Lugar: Amazonas, Perú. Fuente: Flickr
Nombre científico: Oreonax flavicauda. Sinónimo: Lagothrix flavicauda.
Reino: Animalia. Filo: Chordata. Clase: Mammalia. Orden: Primates. Familia: Atelidae.
También conocido como mochue, choro común o choro peruano, pacorrunto, quillirrunto y quilla corote; este primate es un endemismo de Perú. Habita los bosques montanos y bosques de neblina primarios entre 1.500 y 2.700 m.s.n.m. localizados en Amazonas, San Martín, La Libertad y Huánuco. Grandes y fuertes, los ejemplares adultos pueden alcanzar los 54 cm de largo. Destaca del resto de primates por su larga y rizada cola, y por su pelaje lanudo, denso y de un profundo color rojizo. La especie es predominantemente herbívora, siendo frutas, flores, hojas, brotes y raíces las que componen su dieta principal. En ocasiones también se alimenta de insectos.
Aunque fue descrito por primera vez en 1812 en base a unas pieles, fue en 1974 cuando dejó de considerarse desaparecido al producirse el primer encuentro con un ejemplar vivo, un macho joven, durante una expedición organizada en su búsqueda. La información recabada por los redescubridores hacía prever que la especie se encontraba en una situación de fragilidad debido a la destrucción de su hábitat y, especialmente en ese entonces, a la cacería.
El desvanecimiento poblacional de estos animales responde a una combinación de factores. El primero, sin duda, es la reducción significativa del hábitat disponible. Los bosques están expuestos a una intensa deforestación para ganar terreno a la agricultura y a la ganadería, y para la explotación de los recursos naturales que se traduce en una intensa extracción maderera y en el aumento de concesiones a la industria minera que les permite, incluso, operaciones a cielo abierto en zonas donde se reproduce la especie. Amazonas y San Martín, donde se encuentra la mayor parte de su distribución, son las áreas con mayor índice de deforestación en Perú, se estima que en 2008 no menos del 30% del hábitat original de este mono fue deforestado. A esta destrucción se suman también la fragmentación de los remanentes forestales, los proyectos de colonización del territorio, la construcción de carreteras y caminos, y el incremento de asentamientos. La unión de todo esto asegura una fuerte perturbación humana en el medio y el choro coli amarillo parece mostrarse particularmente sensible a las alteraciones de su hábitat.
Otra de las razones de su declive es la caza, practicada por algunas comunidades nativas bajo diversas justificaciones: algunas familias de descendencia amazónica recurren por tradición al uso de la fauna silvestre para el consumo de subsistencia. Otra razón es que en determinadas zonas se les considera plaga por los posibles daños que puedan causar a sus campos de cultivo. Para algunas culturas el mechón genital de color amarillo dorado de los machos adultos representa un artículo de trofeo. Por último, las crías de estos monos también son demandadas como mascotas y las capturan con fines comerciales.
La lista roja de las especies amenazadas de la UICN lo clasifica en Peligro Crítico (CR), mientras que la legislación peruana considera la especie Amenazada (EN). En cualquier caso se encuentra entre los 25 primates más amenazados del mundo y entre los 3 más amenazados de Sudamérica. Los datos sobre el censo total de estos monos es escaso, pero es probable que apenas queden 250 ejemplares en libertad.
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Fuentes de consulta: iucnredlist.org // pin.primate.wisc.edu // scielo.org.pe // wikipedia.org
Foto: Tarique Sani. Fecha: 21 febrero 2010. Lugar: Maharashtra, India. Fuente: Flickr
Nombre científico: Athene blewitti
Reino: Animalia. Filo: Chordata. Clase: Aves. Orden: Strigiformes. Familia: Strigidae.
Este búho de bosque, pequeño, un tanto fornido y de costumbres diurnas, es endémico de los bosques de la parte central de la India. Ligeramente moteado de blanco, su corona es bastante lisa, y sus alas y cola presentan un contorno fuertemente recortado. Se le suele detectar encaramado en ramas desnudas prominentes. Su dieta se reparte entre lagartijas, pequeños roedores, pichones de otras aves, ranas y algunos invertebrados.
Tras ser descrito por primera vez en 1873, solo se encontraron siete ejemplares a lo largo del siglo XIX. El último avistamiento en estado salvaje se registró en 1884, fecha en la que se creía extinto hasta que un grupo de ornitólogos atestiguaron su reaparición 113 años más tarde, en noviembre de 1997, en la Cordillera Satpura, al noreste de Bombay.
La especie se enfrenta a diversos factores de riesgo, pero la pérdida y degradación de los bosques es una de las claves de su situación crítica actual. Los bosques de su área original de distribución han sido totalmente despejados debido, sobre todo, a la tala ilegal y a la invasión humana en forma de cultivos, pastos y asentamientos, así como incendios forestales y represas menores de riego. A su vez, la presión sobre los recursos naturales restantes sigue estando muy presente. Por otro lado, parece que el uso de agentes químicos como pesticidas y rodenticidas y la destrucción de nidos por algunas comunidades humanas también se suman a la lista de amenazas. En combinación, se sospecha que estos factores están causando un declive demográfico lento pero continuo.
Mientras que los ejemplares originales se localizaron en la densa jungla, los avistamientos recientes, sin embargo, los sitúan en bosques más abiertos, lo que podría significar que su población ha sido relegada a un hábitat subóptimo. La reducción y fragmentación del hábitat en un territorio influye sobre la movilidad de las especies silvestres y la dinámica de sus poblaciones, por eso esta espacie reside en un número limitado de localidades y presenta un censo poblacional tan bajo.
Se cree que este mochuelo siempre ha sido raro. En la actualidad sigue clasificado en peligro crítico (CR) y la estimación de los que quedan en el mundo oscila entre 250 y casi un millar de individuos maduros.
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Fuentes de consulta: iucnredlist.org // wikipedia.org
Foto: Doug Beckers. Fecha: 22 mayo 2004. Lugar: Munmorah. Fuente: Wikimedia Commons
Nombre científico: Pseudomys novaehollandiae
Reino: Animalia. Filo: Chordata. Clase: Mammalia. Orden: Rodentia. Familia: Muridae.
Esta especie solo se encuentra en el sudeste de Australia, dentro de los estados de Nueva Gales del Sur, Queensland, Victoria –donde figura como vulnerable (VU)– y Tasmania –donde está considerado en peligro de extinción (EN)–. Es un ratón de actividad nocturna, vive en colonias y habita los brezales abiertos, áreas costeras y dunas de arena con vegetación. Estos entornos con suelos arenosos son indispensables para la especie porque constituyen el ambiente idóneo para excavar sus madrigueras y criar.
Morfológicamente es muy parecido al ratón común que introdujeron los colonos europeos, aunque se diferencian porque el ratón nativo tiene un vientre más blanco, una cabeza más redondeada, y su cuello y su cuerpo son más robustos. El olor que desprenden también les distingue. Este omnívoro oportunista integra pequeños invertebrados en su dieta, aunque sus alimentos principales son las semillas de plantas, hojas, tallos, raíces y hongos. Estas preferencias le convierten en un ‘dispersador natural’ de semillas.
Fue descrito por primera vez en 1843, tras esa fecha desapareció durante más de un siglo hasta que en la década de 1970 se localizaron poblaciones diseminadas en Victoria, e incluso en partes del área metropolitana de Melbourne. En las últimas dos décadas solo se ha podido registrar en tres áreas: Lagos de Gippsland, Promontorio Wilsons y Providence Ponds. En el caso del Promontorio Wilsons, se observó que la subpoblación estaba ocupando hábitats atípicos. Encontrar estos raros ratones después de tanto tiempo es una gran noticia para el ecosistema local porque cuando buscan y cavan sus madrigueras están favoreciendo la renovación del suelo.
La pérdida y modificación del hábitat adecuado. Las zonas propicias para este ratón se están destinando al desarrollo de cultivos con intereses comerciales. Por otro lado, dos arbustos nativos de Australia: el árbol del té, Melaleuca alternifolia, y el zarzo costero, Acacia sophorae, se presumen también una amenaza para su desarrollo poblacional al ser competencia de la vegetación que forma parte de su dieta.
El cambio en los regímenes de incendios. El manejo inadecuado del fuego está alterando el acceso al sustento necesario para sobrevivir y reproducirse. Como resultado de esta mala praxis, los hábitos del ratón de Nueva Holanda pueden quedar fragmentados y limitados a pequeñas zonas que no pueden ofrecerle unas condiciones de vida adecuadas.
La acción de los depredadores introducidos. Uno de los peligros más directos proviene de la depredación por parte de animales alóctonos como zorros, perros y gatos que comparten entorno con este ratón.
Por otro lado, algunos estudios confirman que estos roedores están fuertemente vinculados a las lluvias. Al menos las subpoblaciones de Nueva Gales del Sur prolongan su temporada de reproducción por encima del promedio en tiempos pluviosos.
También se suman como causas, aunque de menor impacto, las enfermedades infecciosas provocadas por Phytophthora cinnamomi, un patógeno microscópico que destruye los sistemas de raíces de plantas y árboles, y que supone una amenaza para los recursos naturales de los que se alimenta el ratón. Otra posible causa que contribuye a su declive es la competencia surgida con los roedores introducidos con los que rivalizan por la obtención de recursos.
La especie está clasificada como Vulnerable (VU) debido a su tamaño poblacional y a su declive continuo en toda su área de distribución. Su rango geográfico está severamente fragmentado y no existe ni una sola subpoblación que supere los 1.000 individuos. Como dato, añadir que Australia ha perdido al menos 30 especies de mamíferos desde la colonización europea y que 11 de esas 30 fueron especies nativas de roedores.
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Fuentes de consulta: latrobevalleyexpress.com.au // trailhiking.com.au // wikipedia.org // zoo.org.au
Foto: Jambato negro del Páramo. Fuente: Wikia
Nombre científico: Atelopus ignescens
Reino: Animalia. Filo: Chordata. Clase: Amphibia. Orden: Anura. Familia: Bufonidae.
Esta pequeña rana endémica de Ecuador fue muy común hasta la década de 1980, contándose por millares cerca de los arroyos, charcas y lagunas. Habitaba a lo largo de los bosques montanos, páramos, valles interandinos y en las zonas altas de las principales cordilleras de Los Andes ecuatorianos. El cuerpo del jambato negro es robusto y presenta una coloración negra azabache en el dorso y los laterales. A diferencia de otras especies similares, sus extremidades son cortas y están adaptadas para caminar y nadar en ríos torrentosos, en vez de para saltar. Su característico vientre arrugado luce tonalidades que van desde naranja brillante al rojo intenso.
La Lista Roja de la UICN le consideró extinto en la evaluación de 2004 porque desde la fecha de su último registro, el 30 de marzo de 1988, no había vuelto a mostrar signos de supervivencia a pesar de los numerosos esfuerzos de búsqueda. Sin embargo, la comunidad científica internacional lanzó una intensa campaña para provocar su redescubrimiento y, sorprendentemente, en abril de 2016 un niño ecuatoriano y su familia lograba localizar una subpoblación dentro de su área histórica.
En el pasado, esta especie fue abundante en todo su rango geográfico y, aunque no se conoce con total convicción cuál ha sido el acontecimiento que en tan pocos años ha provocado la disminución súbita de este y otros muchos anfibios, los estudios señalan el cambio climático como causa determinante. El clima inusualmente cálido y seco destruye el sistema inmune de las ranas, y es este momento de debilidad el que aprovechan los patógenos, parásitos u hongos. Es el caso de la quitridiomicosis, una enfermedad fúngica que parece haber sido la responsable del colapso brusco de esta especie.
Más causas reconocidas son la pérdida de hábitat debido a las actividades agrícolas y los incendios en los páramos que han contribuido a su descenso poblacional. Otra razón, aunque se presume de menor impacto, es la introducción de especies predadoras como la trucha. También hay constancia de que en el pasado el jambato negro se utilizaba para la medicina tradicional, sin embargo no hay registros de su uso a día de hoy.
Es indudable que las reapariciones de anfibios como la del jambato negro del Páramo son un indicativo de esperanza. A él se suman otros reencuentros con especies que también se creían extintas como Atelopus bomolochos, cercanamente relacionada con el jambato negro y que volvió a aparecer en 2015 en Ecuador. O el caso de Atelopus nahumae, una rana endémica de Colombia que reapareció en 2006. Pero no es momento de bajar la guardia porque sus poblaciones todavía no son lo suficientemente estables como para garantizar su supervivencia. Tanto A. ignescens como A. bomolochos están incluidas actualmente en la lista de especies en Peligro Crítico (CR) y A. nahumae se encuentra Amenazada (EN).
El paso inicial para la conservación del jambato negro es la protección del lugar donde fue localizado, realizar estudios sobre su historia natural y supervisar el estado de su censo poblacional. La reproducción en cautiverio de este jambato se está llevando a cabo en el Centro Jambatu de Investigación y Conservación de Anfibios en Ecuador, a partir de ejemplares adultos tomados directamente de la naturaleza y parece que los renacuajos resultantes son fuertes y se alimentan de forma adecuada. El objetivo a medio o largo plazo es devolver la especie a su medio original.
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Fuentes de consulta: bioweb.bio // buenastareas.com // elcomercio.com // elespectador.com // es.gizmodo.com // iucnredlist.org // puce.edu.ec // wikipedia.org
Foto: Wildlife Conservation Society. Lugar: Cordillera del Pamir, Afghanistán. Fuente: Indpaedia
Nombre científico: Acrocephalus orinus
Reino: Animalia. Filo: Chordata. Clase: Aves. Orden: Passeriformes. Familia: Acrocephalidae.
Este pequeño pájaro, propio de Asia, se caracteriza por haber sido siempre un animal escurridizo. Que apenas se tengan datos sobre él le ha valido su fama como uno de los pájaros más raros del mundo. Durante mucho tiempo se le confundió con otras especies similares, especialmente con el carricero de Blyth (Acrocephalus dumetorum).
Antes era conocido únicamente a través de un solo individuo capturado en noviembre de 1867 en el valle de Sutlej, en el noroeste de la India. Tuvieron que pasar 139 años para que fuera redescubierto en 2006 a lo largo de las costas del Golfo de Tailandia, el ave se había quedado atrapada en una planta de tratamiento de aguas. Poco después, en 2008, volvió a hacer acto de presencia en las montañas del Pamir, situadas entre los límites de Asia Central y meridional. Ese mismo año el carricero picudo se validaba como especie y pasaba a estar oficialmente protegida por las leyes de Afganistán. En 2009 se capturaron 20 aves a fin de recolectar plumas para estudios genéticos y luego fueron puestas en libertad.
Las zonas de reproducción se localizan en las remotas y accidentales montañas del Pamir, en mitad de un Afganistán devastado por la guerra. Estas zonas ribereñas con densos matorrales a lo largo de los ríos Wakhan y Pamir proporcionan el hábitat ideal para la cría del carricero picudo. La especie migra en verano a los lugares de cría y tienden a camuflarse entre la vegetación arbustiva. Recientemente se han descubierto aves invernantes en el sudeste de Asia y poblaciones reproductoras en los valles montañosos de Asia central.
En Afganistán y Tayikistán los hábitats ribereños están agotados o completamente destruidos debido a la conversión de las zonas fluviales para la agricultura y el pastoreo de ganado, junto con la recolección extensiva de leña. Estas causas se han identificado como una amenaza significativa dentro de su área de reproducción.
A pesar del reciente aumento de registros, la especie está clasificada como Datos Insuficientes (DD) por la UICN debido a que todavía no se dispone de suficiente información para realizar una evaluación firme de su estado de amenaza y aunque el tamaño de su población mundial no se ha cuantificado, la especie parece ser escasa y vulnerable.
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Fuentes de consulta: indpaedia.com // iucnredlist.org // wikipedia.org
Foto: Alessandrozocc. Adaptación y licencia de uso: artimalia.org. ©Todos los derechos reservados.
Nombre científico: Coelacanthimorpha
Reino: Animalia. Filo: Chordata. Clase: Sarcopterygii. Orden: Coelacanthiformes.
Estas criaturas abisales constituyen un extraño Orden de peces compuesto únicamente por dos especies: el celacanto de las Comores, Latimeria chalumnae, descubierta en 1938 y cuya área geográfica se circunscribe al océano Índico, entre la costa este africana y la isla de Madagascar; y el celacanto de Sulawesi, Latimeria menadoensis, encontrado en 1998 en Indonesia, concretamente en las aguas de la isla de Célebes («Sulawesi» en indonesio); al vivir tan alejado de la otra se le considera una especie diferente aunque en aspecto es muy similar a su pariente del Índico. Vive en aguas profundas, entre 150 y 700 metros donde dispone de cavernas submarinas y arrecifes profundos que le sirven de refugio durante el día. Es un depredador oportunista y esquivo que por las noches asciende a la superficie para alimentarse de peces de arrecife. Mide 1,5 metros de largo y alcanza los 90 kg de peso. Los científicos calculan que este ovovivíparo puede vivir 60 años o más.
Su apodo es ‘fósil viviente’ porque su morfología es prácticamente idéntica a la de su antepasado fósil, de ahí su aspecto irremediablemente primitivo; es probable que como el celacanto vive a unas profundidades que apenas han experimentado modificaciones en miles de años, su ritmo evolutivo haya sido lento al no tener tantas necesidades de adaptación. La característica más relevante de estos peces son sus aletas lobuladas con estructura ósea que podrían ser las predecesoras de los tetrápodos, es decir, indicativas del proceso evolutivo de transición en el que los animales acuáticos conquistaron el medio terrestre. Los estudios sugieren que fue un pez ancestral con aletas lobuladas el que dio lugar a los primeros anfibios de cuatro patas que pisaron tierra firme, sin embargo no sé sabe con exactitud si es el celacanto ese ‘eslabón’ o es el pez pulmonado.
El 22 de diciembre de 1938, por pura casualidad, se producía un encuentro con el celacanto, fue capturado por pescadores en la costa oriental de Sudáfrica, en el río Chalumna. Se trataba del primer ejemplar contemporáneo de este grupo fósil registrado y al que pertenecen ejemplares de hace 80 millones de años. En 1952 otro ejemplar fue capturado en las Islas Comores, y no fue hasta 1987 cuando se tomaron las primeras imágenes de un celacanto vivo dentro de su entorno. Ya en 1998 se localizaban celacantos en la isla de Célebes (Sulawesi), muy alejada de las Islas Comores, a una distancia de casi 10.000 km.
En cuanto a su tendencia poblacional, se desconoce el número de ejemplares totales, aunque se le supone un animal escaso. Los informes de las Comores indican que podrían quedar apenas 1.000 ejemplares adultos en esa zona. La UICN sitúa al celacanto de las Comores en Peligro Crítico (CR) y al celacanto de Sulawesi en Vulnerable (VU).
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Fuentes de consulta: ecoavant.com // muyinteresante.es // nationalgeographic.es // wikipedia.org
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Amaya Oyón
Acerté de lleno eligiendo Diseño Gráfico en la facultad de BB.AA de la UPV. Coexistir con animales me hace sentir viva, por eso Artimalia se ha convertido en mi proyecto mimado y doblemente gustoso porque me ha permitido explorarlo y fusionarlo con mi profesión. Fue en 2010 cuando surgió ese primer apunte rápido sobre Artimalia sin imaginar hacia dónde nos llevaría… Hoy me siento muy honrada de compartir con todos los colaboradores estas horas de dedicación sincera que han hecho que aquella primera idea casi desdibujada se transforme en este proyecto compacto y emocionante. Y lo que vendrá.
En otra vida sería… un vencejo, porque apenas necesita aterrizar.
Sergio Navarro
Dicen de mí que soy un ‘informático sensible’ porque me preocupo por el kerning, el tracking, el padding, el color y las tipografías. Sé distinguir la Arial de la Helvetica. Soy de naturaleza lógica y analítica y disfruto interpretando datos estadísticos. Me gustan las cosas bien hechas y siempre procuro un código limpio y ‘aseado’ para mis trabajos web. Amante de la fotografía, la música y los Gifs animados. Mi tiempo libre se lo dedico al proyecto Artimalia y a remar en piragua; ahora estoy deseando cambiar el río por el mar.
En otra vida sería… Súper Ratón.